Ciencia que se vive: estudiantes elaboran su propio alcohol alcanforado.
La innovación y la curiosidad científica se hicieron presentes en las aulas de 3ro de Bachillerato, donde nuestros estudiantes llevaron la teoría a la práctica elaborando su propio alcohol alcanforado, un producto conocido por sus propiedades antisépticas, descongestionantes y refrescantes.
Bajo la guía de sus docentes de Química, los jóvenes pusieron en marcha un proceso experimental que combinó el rigor científico con la creatividad. A través de la formulación, medición y observación, comprendieron cómo los conceptos aprendidos en clase cobran vida cuando se aplican de manera práctica y responsable.
El proyecto no solo reforzó los conocimientos técnicos, sino también valores esenciales como el trabajo en equipo, la disciplina y la responsabilidad ambiental, demostrando que la ciencia no se limita a los laboratorios: se experimenta, se cuestiona y se construye con las manos y la mente.
Este tipo de iniciativas reflejan el compromiso de nuestra institución con una educación activa, donde aprender significa descubrir, crear y transformar.
🌟 ¡Felicitamos a nuestros jóvenes científicos por convertir el conocimiento en acción y la curiosidad en innovación!





